Honduras: Perspectivas Democráticas y Retos para 2025
Desafíos Institucionales y Electoralidad
Honduras se encuentra en un crítico momento de su historia democrática, especialmente con el panorama electoral de 2025 en el horizonte. La creciente desconfianza en las instituciones, el desempleo y la inestabilidad económica y social están erosionando la base de la democracia en el país.
La falta de aprobación del presupuesto del Consejo Nacional Electoral (CNE) para las elecciones primarias y generales de 2025 ha generado un ambiente de incertidumbre que amenaza la estabilidad del proceso electoral. Según Juan Carlos Aguilar, coordinador técnico de la Red por la Defensa de la Democracia (RDD), “la democracia en Honduras está golpeada” y “el Estado de derecho se va debilitando”[1].
El Rol de la Sociedad Civil
En este contexto, la sociedad civil hondureña ha tomado una postura proactiva para fortalecer la democracia. La RDD, una coalición de 17 organizaciones que incluye sectores de la sociedad civil, el sector privado, la iglesia, mujeres y la academia, ha lanzado el Observatorio de la Democracia. Este observatorio está diseñado para monitorear el proceso electoral, el espacio cívico, el Estado de derecho y la eficacia de la democracia a través del análisis, promoción y recopilación de datos[1][4].
El Observatorio de la Democracia se enfoca en varios aspectos clave:
- Monitoreo del financiamiento político: Para asegurar la transparencia en el financiamiento de las campañas políticas.
- Cronograma electoral: Para garantizar que el proceso electoral se lleve a cabo de acuerdo con los plazos establecidos.
- Observación de las elecciones: Para asegurar que las elecciones sean libres y transparentes.
- Identificación y contrarresto de restricciones al espacio cívico: Para proteger los derechos de los ciudadanos y las organizaciones civiles[1][4].
Retos Democráticos y Sociales
Honduras enfrenta una serie de retos que afectan profundamente su sistema democrático:
- Desconfianza institucional: Solo el 16% de los hondureños confía en la presidencia, el Consejo Nacional Electoral o el Congreso Nacional, según un reciente informe del Latinobarómetro. Esta desconfianza es un reflejo de una ciudadanía desencantada y un sistema político atrapado en una espiral de descrédito[2].
- Corrupción y clientelismo: La corrupción generalizada y las prácticas clientelistas han debilitado la sociedad civil y el Estado de derecho. La RDD ha identificado que estos factores erosionan la democracia y perpetúan la impunidad[4].
- Inseguridad jurídica y ciudadana: La falta de inversión, la inseguridad jurídica y ciudadana, y las recurrentes crisis económicas son algunos de los retos que afectan profundamente a la población. La presidenta del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), Anabel Gallardo, ha enfatizado que estos problemas amenazan la estabilidad y el futuro de Honduras[1].
Perspectivas para las Elecciones de 2025
Las elecciones de 2025 no solo serán una elección, sino una decisión sobre el futuro de la democracia en Honduras. La transparencia y la credibilidad del proceso electoral serán clave para restaurar la confianza en el sistema democrático. La candidata oficialista, Rixi Moncada, enfrenta un reto monumental; su control sobre las fuerzas armadas puede ser una ventaja, pero también un arma de doble filo, ya que su candidatura polariza y el sistema electoral enfrenta un escrutinio sin precedentes[2].
La sociedad civil y los actores internacionales aún tienen tiempo para asegurar elecciones creíbles que fortalezcan la democracia. La implementación de reformas electorales pendientes y la garantía de un marco legal-institucional que favorezca la transparencia y la igualdad de condiciones serán esenciales para superar los desafíos actuales[3][5].
La Importancia del Estado de Derecho
El fortalecimiento del Estado de derecho es indispensable para la salud de la democracia en Honduras. La RDD ha destacado que la centralización del poder y la limitada separación de poderes, especialmente la independencia del poder judicial, son obstáculos significativos. La perpetuación de la impunidad, alimentada por la corrupción, ha generado una percepción de que el sistema está atrapado en prácticas que favorecen a los partidos en el gobierno[4].
La sociedad civil, a través de iniciativas como el Observatorio de la Democracia, juega un papel crucial en generar información de calidad y en incidir en la toma de decisiones que respondan a los intereses ciudadanos. Este esfuerzo colectivo busca asegurar que las elecciones de 2025 no solo cumplan con principios de integridad, sino que también contribuyan a un sistema que garantice el bienestar y el desarrollo de la ciudadanía[4].
En resumen, Honduras se encuentra en un punto crítico de su camino democrático, con desafíos institucionales, sociales y electorales que necesitan ser abordados urgentemente. La acción coordinada de la sociedad civil, el sector privado y los actores internacionales será fundamental para asegurar que las elecciones de 2025 sean un paso hacia la consolidación de una democracia más robusta y transparente.