Violencia en el Cártel de Sinaloa: 800 Asesinatos en 5 Meses
La Pugna Interna y sus Consecuencias
La región de Sinaloa, México, ha sido testigo de una escalada de violencia sin precedentes en los últimos cinco meses, debido a una pugna interna dentro del Cártel de Sinaloa. Esta conflictiva situación se desencadenó tras la captura de Ismael ‘El Mayo’ Zambada, uno de los cofundadores del cártel, el 25 de julio de 2024 en Estados Unidos.
Desde la detención de Zambada, las facciones rivales dentro del cártel, principalmente Los Chapitos y La Mayiza, han estado envueltas en una lucha brutal por el control del territorio y las rutas de narcotráfico. Los Chapitos, liderados por los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, y La Mayiza, liderada por Zambada, han generado una ola de violencia que ha dejado un rastro de muerte y terror en la región.
Cifras de la Violencia
Los datos recopilados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) revelan un aumento alarmante en la violencia. En los últimos cinco meses, se han registrado 803 homicidios en el estado de Sinaloa. Here are the detalles mensuales:
- Septiembre: 143 muertes
- Octubre: 182 muertes
- Noviembre: 174 muertes
- Diciembre: 157 muertes
- Enero: 147 muertes
Estas cifras indican una progresiva escalada de la violencia, con un aumento del 165% en comparación con enero de 2024, cuando se registraron solo 52 asesinatos[2][3].
Contexto y Antecedentes
La captura de Ismael ‘El Mayo’ Zambada no fue un evento aislado. Fue el resultado de una serie de eventos y traiciones dentro del cártel. Zambada fue entregado a las autoridades estadounidenses por Joaquín Guzmán López, uno de los hijos de “El Chapo” Guzmán, en un acto que many consideran una traición. Zambada ha afirmado que fue “emboscado” y “secuestrado” por Guzmán López y luego entregado a las autoridades de EE. UU.[4].
Esta pugna interna ha exacerbado las tensiones históricas entre las diferentes facciones del cártel. Anteriormente, enfrentamientos como el “Culiacanazo” en octubre de 2019, tras la fallida captura de Ovidio Guzmán López, hijo de “El Chapo”, habían demostrado la capacidad del cártel para desatar violencia masiva en respuesta a las acciones de las autoridades[4].
Impacto en la Región
La violencia ha transformado el estado de Sinaloa en una zona de guerra. La capital, Culiacán, y otros municipios como Elota, Cosalá y Mazatlán han sido escenarios de constantes enfrentamientos entre civiles armados y fuerzas militares. Las carreteras clave, como la México 15, se han convertido en focos rojos de ataques violentos, con reportes de cuerpos mutilados, decapitados y baleados[1].
El miedo y la incertidumbre han aumentado entre los habitantes de Sinaloa, quienes viven bajo el temor constante de ser afectados por la violencia. Las autoridades estatales y locales luchan por mantener el control, pero los esfuerzos hasta ahora no han sido suficientes para contener la escalada de la violencia. A pesar de la presencia de 700 soldados desplegados en el estado, el conflicto continúa aumentando[1].
Esfuerzos de Seguridad y Reacciones
Las autoridades han logrado algunos aseguramientos importantes de armas y drogas, pero estos logros no han traducido en una disminución significativa de la incidencia delictiva. Miguel Calderón Quevedo, coordinador general del Consejo Estatal de Seguridad Pública (CESP), ha enfatizado que la verdadera prueba de la efectividad de los esfuerzos de seguridad será la reducción de la delincuencia a niveles preconflicto[2][3].
Además, la situación ha llevado a que el Gobierno de México atribuya el aumento de la violencia a la lucha entre Los Chapitos y La Mayiza. La presidenta Claudia Sheinbaum ha pedido a la Fiscalía General de la República (FGR) revisar la solicitud de Zambada para su repatriación a México, argumentando que se trata de una cuestión de soberanía y de garantizar que se sigan los procedimientos legales[2].
Clasificación como Agrupación Terrorista
En medio de esta creciente tensión, el Cártel de Sinaloa ha sido recientemente calificado como una agrupación terrorista por Estados Unidos. Este clasificación refleja la gravedad de la situación y el impacto que la violencia del cártel tiene no solo en México, sino también a nivel internacional[2][3].
La pugna interna del Cártel de Sinaloa ha sumado más de 800 asesinatos en cinco meses, convirtiendo a la región en un escenario de guerra y terror. La compleja dinámica de poder y lealtad dentro del cártel, combinada con la intervención de autoridades extranjeras, ha exacerbado la violencia y plantea un desafío significativo para las autoridades mexicanas en su lucha contra el crimen organizado.