El Papa Aboga por la Condonación de Deuda Global
En el marco del Jubileo de 2025, el Papa Francisco ha lanzado un poderoso llamado a la comunidad global para abordar una de las crisis más urgentes de nuestro tiempo: la deuda externa de los países más pobres. En varios discursos y mensajes, el Pontífice ha insistido en la necesidad de condonar o reducir significativamente la deuda de estos países, argumentando que este endeudamiento está generando “miseria y angustia” a millones de personas alrededor del mundo.
La Deuda como Una Carga Insostenible
El Papa Francisco ha enfatizado que la deuda externa y la deuda ecológica son dos caras de la misma moneda que “hipotecan el futuro” de las naciones más vulnerables. Durante un encuentro con expertos en el Palacio Apostólico del Vaticano, organizado por la Pontificia Academia de las Ciencias, el Papa destacó la urgencia de este problema. “Después de una globalización mal administrada, después de la pandemia y de las guerras, nos encontramos frente a una crisis de deudas que afecta principalmente a los países del sur del mundo, generando miseria y angustia, y despojando a millones de personas de la posibilidad de un futuro digno”[1].
Propuestas Concretas para el Alivio de la Deuda
El Papa ha presentado varias propuestas concretas para abordar esta crisis. Una de ellas es la creación de un “mecanismo multinacional, basado en la solidaridad y la concordia entre los pueblos”, que tenga en cuenta la importancia global del problema y sus implicaciones económicas, financieras y sociales. Este mecanismo debería ser capaz de romper el círculo vicioso que impone la necesidad de financiación que luego se convierte en deuda, evitando así el “sálvese quien pueda” en el que siempre son los más débiles los que pierden[1].
Además, el Papa ha sugerido que se utilice un porcentaje del dinero empleado en armamentos para crear un fondo mundial que elimine definitivamente el hambre y facilite actividades educativas y de desarrollo sostenible en los países más pobres. Este fondo no solo ayudaría a combatir la pobreza, sino que también contribuiría a promover el desarrollo sostenible y a contrastar el cambio climático[3].
La Importancia de la Solidaridad Internacional
La solidaridad internacional es un tema central en el discurso del Papa. Ha insistido en que “ningún Gobierno puede exigir moralmente a su pueblo privaciones incompatibles con la dignidad humana”. Por lo tanto, es crucial crear “una nueva arquitectura financiera internacional que sea audaz y creativa” y que siga un “código de conducta con normas de valor ético”[1].
El Fondo Monetario Internacional (FMI) y otras instituciones financieras internacionales también han abordado este tema, aunque con una perspectiva más cautelosa. El FMI ha señalado que el alivio de la deuda debe ser parte de una estrategia integral de lucha contra la pobreza y que debe asegurarse de que el alivio de la deuda no se contrarreste con reducciones en los flujos de ayuda. Además, han destacado que la cancelación total de la deuda requeriría una actuación concertada por parte de todos los acreedores y podría poner en peligro el flujo global de respaldo financiero para los países más pobres[2].
Acciones Posibles para Restaurar la Dignidad
En su Mensaje para la 58ª Jornada Mundial de la Paz, que se celebrará el 1 de enero de 2025, el Papa Francisco ha propuesto tres acciones específicas para restaurar la dignidad en la vida de poblaciones enteras:
- Condonación o reducción de la deuda internacional: Una notable reducción, si no una total condonación, de la deuda internacional que grava sobre el destino de muchas naciones.
- Uso de fondos de armamento para combatir la pobreza: Utilizar al menos un porcentaje fijo del dinero empleado en armamentos para la constitución de un fondo mundial que elimine definitivamente el hambre y facilite actividades educativas y de desarrollo sostenible.
- Promoción de la paz y la justicia: Trabajar juntos para romper las cadenas de la injusticia y proclamar la justicia de Dios, reconociendo la responsabilidad individual y colectiva en la devastación del mundo[3][5].
Un Llamado a la Acción
El Papa Francisco ha sido claro al señalar que hacer algún acto de filantropía esporádico no es suficiente. Se necesitan cambios culturales y estructurales para efectuar un cambio duradero. Su llamado es a que todos, juntos y personalmente, nos sintamos llamados a romper las cadenas de la injusticia y a trabajar hacia una paz real y duradera.
En este contexto, la comunidad global se enfrenta a una elección crucial: continuar con el statu quo o adoptar un enfoque más solidario y equitativo. La condonación de la deuda y la reorientación de los fondos hacia el desarrollo sostenible y la educación no solo serían actos de justicia, sino también pasos hacia una paz más duradera y una humanidad más digna.