“Olancho: El departamento más violento de Honduras en 2025”

Olancho: El departamento más violento de Honduras en 2025

La Escalada de la Violencia

Olancho, el departamento más extenso de Honduras, ha sido testigo de una escalada alarmante de la violencia en los últimos años. Con una tasa de homicidios de 46.9 en 2025, Olancho se sitúa como el segundo departamento más violento del país, solo superado por Colón, que registró una tasa de 57.4[1][2].

En este vasto departamento, que abarca una superficie de 24,038 km² y alberga una población de aproximadamente 777,670 personas, la violencia ha become una realidad cotidiana. La geografía de Olancho, caracterizada por sierras montañosas y valles como los de Guayape, Catacamas y Patuca, ha facilitado el enraizamiento del crimen organizado y el narcotráfico.

Causas y Consecuencias de la Violencia

La violencia en Olancho es multifacética y se atribuye a varias causas:

  • Crimen Organizado y Narcotráfico: El narcotráfico es una de las principales causas de la violencia en la región. La presencia de plantaciones de coca y marihuana, especialmente en municipios como Patuca y la vecina Mosquita, ha convertido a Olancho en una ruta crucial para el tráfico de drogas. Los hallazgos de sembradíos de coca y marihuana, incluyendo la incautación de 135,000 arbustos de coca en febrero de 2024, son indicativos de esta problemática[1][2].
  • Extorsión y Delincuencia Común: La extorsión y la delincuencia común también son factores significativos. Los problemas de tierras y las peleas entre pandillas contribuyen a la alta incidencia de muertes violentas en la zona[1].
  • Desapariciones y Secuestros: En el primer mes de 2025, Olancho registró ocho personas desaparecidas y dos secuestros, lo que ha disparado el miedo y la zozobra entre la población. La desaparición y posterior hallazgo sin vida de una jovencita de 16 años en Dulce Nombre de Culmí es un ejemplo trágico de esta situación[2].

Municipios Más Afectados

Los municipios de Juticalpa, Catacamas, Gualaco y Dulce Nombre de Culmí son los que registran la mayor incidencia de violencia en Olancho.

  • Juticalpa: En este municipio, se han reportado varios incidentes violentos, incluyendo la muerte de una joven embarazada asesinada en su hogar y una balacera que cobró la vida de dos personas[1].
  • Catacamas: Aquí se han registrado muertes violentas, como la de un hombre en el barrio La Mora, y la de una joven trabajadora de una gasolinera asesinada por un hombre en motocicleta[1].
  • Gualaco y Dulce Nombre de Culmí: Estos municipios también han visto un aumento en la violencia, con múltiples muertes y desapariciones reportadas en los últimos meses[2].

Impacto en la Población

La violencia en Olancho ha generado un clima de zozobra y miedo entre la población. Las autoridades y defensores de derechos humanos han expresado su preocupación por la falta de acción efectiva para abordar esta crisis.

  • Necesidad de Intervención: La encargada del Conadeh en Olancho, Wendy Juárez, ha insistido en la necesidad de una intervención urgente por parte de las autoridades de seguridad para disminuir la violencia y la impunidad en la región[1][2].
  • Falta de Infraestructura: La ausencia de una morgue en el departamento complica las investigaciones y autopsias, lo que a menudo lleva a la población a tomar la justicia por su propia mano, enfrentándose a la policía para evitar el traslado de los cuerpos a la capital[2].

Acciones de las Autoridades

A pesar de la gravedad de la situación, las autoridades han tomado algunas medidas para combatir la violencia:

  • Incautaciones y Detenciones: Las fuerzas del orden han realizado varias incautaciones de plantaciones de coca y marihuana, y han detenido a personas involucradas en el narcotráfico y el crimen organizado. Por ejemplo, se incautaron 21,000 arbustos de hoja de coca en el municipio de Patuca en 2025[2].
  • Cooperación Interagencial: El Fiscal adjunto, Marcio Cabañas, ha propuesto una cooperación interagencial para reforzar la investigación y la acción judicial en la zona, destacando la necesidad de abordar las operaciones del crimen organizado y el lavado de dinero[1].

La situación en Olancho es un reflejo de los desafíos que enfrenta Honduras en su lucha contra la violencia y el crimen organizado. La urgencia de una respuesta efectiva y coordinada por parte de las autoridades es crucial para restaurar la seguridad y la justicia en esta región afectada.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

WhatsApp
Tiktok
¡La URL se ha copiado correctamente!