“Trump Reactiva Política de Expulsión Inmediata de Inmigrantes”

Trump Reactiva Política de Expulsión Inmediata de Inmigrantes

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha implementado una serie de cambios significativos en las políticas de inmigración del país, destacando el restablecimiento de la política de “expulsión inmediata” de inmigrantes indocumentados. Esta medida, anunciada el martes 21 de enero de 2025, forma parte de una serie de directivas migratorias que buscan reforzar el control de la frontera sur de los Estados Unidos.

Restablecimiento del Programa “Quédate en México”

Uno de los anuncios más polémicos es el restablecimiento del programa “Quédate en México”, oficialmente conocido como los Protocolos de Protección de Migrantes (MPP). Este programa, que fue una de las iniciativas más controvertidas durante el primer mandato de Trump, obliga a los migrantes a permanecer en México mientras esperan su cita con los jueces para solicitar asilo en los Estados Unidos.

Durante su primera implementación, más de 70,000 migrantes se vieron obligados a esperar en ciudades fronterizas de México, zonas conocidas por altos índices de criminalidad y serias dificultades para albergar a tantas personas. La medida ha sido criticada por el trauma que ha causado en miles de migrantes y por ser considerada una restricción innecesaria al derecho de los inmigrantes a solicitar asilo al llegar a la frontera[1].

Detenciones en Áreas Sensibles

Otra medida significativa es la autorización a los agentes de la Agencia de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) para llevar a cabo detenciones en lugares tradicionalmente considerados “áreas sensibles”, como iglesias y escuelas. Hasta ahora, la política había sido evitar los arrestos en estos lugares para no perturbar la vida comunitaria y educativa.

“Los delincuentes ya no podrán esconderse en las escuelas e iglesias de EEUU para evitar ser arrestados. La administración Trump no atará las manos de nuestras valientes fuerzas del orden y, en cambio, confía en que usen el sentido común”, se lee en un comunicado publicado por el Departamento de Seguridad Nacional.

Esta directiva supone el fin de la medida establecida en 2011 por el ICE, que impedía a los agentes realizar arrestos en lugares sensibles. Las organizaciones sociales han expresado su preocupación de que esta nueva política pueda disuadir a los inmigrantes de acudir a escuelas y hospitales por miedo a ser detenidos[1].

Expulsión Acelerada

Además del restablecimiento del programa “Quédate en México” y la autorización para detenciones en áreas sensibles, el gobierno de Trump también ha restablecido la política de “expulsión acelerada” en todo el territorio estadounidense. Bajo esta autoridad, el ICE puede deportar rápidamente a cualquier inmigrante indocumentado arrestado dentro de los Estados Unidos que no pueda demostrar su permanencia en el país durante más de dos años.

Esta medida es parte de los esfuerzos para “poner fin a la invasión de la frontera sur de EEUU y empoderar a las fuerzas del orden para proteger a los estadounidenses”, según el comunicado del Departamento de Seguridad Nacional. La expulsión acelerada permite una deportación más rápida y eficiente de los inmigrantes indocumentados, sin necesidad de un proceso judicial extenso[1][3].

Fin de Programas de Parole Humanitario

Otra directiva emitida por el secretario interino de Seguridad Nacional, Benjamine Huffman, tiene como objetivo terminar gradualmente los programas de parole humanitario que permitían a ciertos inmigrantes vivir y trabajar temporalmente en los Estados Unidos. Uno de los programas afectados es el que beneficiaba a inmigrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, el cual había permitido a unas 530,000 personas optar por una autorización de entrada temporal a los Estados Unidos por dos años.

La administración Trump argumenta que la administración Biden-Harris abusó del programa de parole humanitario, permitiendo indiscriminadamente que 1.5 millones de inmigrantes ingresaran al país. Según el Departamento de Seguridad Nacional, esta acción devolverá el programa de parole humanitario a su propósito original de analizar a los migrantes caso por caso[1].

Impacto y Reacciones

Las nuevas políticas migratorias de Trump han generado una fuerte reacción entre las organizaciones sociales y los críticos. Muchos temen que estas medidas puedan tener un impacto negativo en la vida de los inmigrantes, disuadiéndolos de buscar ayuda médica o educativa por miedo a ser detenidos. Además, se argumenta que estas políticas perjudican el papel de los Estados Unidos como líder en la protección de refugiados y migrantes vulnerables[1][2].

En resumen, las políticas de inmigración implementadas por la administración Trump buscan un enfoque más riguroso en el control de la frontera y la deportación de inmigrantes indocumentados. Estas medidas incluyen el restablecimiento del programa “Quédate en México”, la autorización para detenciones en áreas sensibles, la expulsión acelerada, y el fin de los programas de parole humanitario, todas las cuales están generando un intenso debate y preocupación en la comunidad migrante y las organizaciones sociales.

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