“Panamá Aloja Temporalmente a 299 Migrantes Deportados de EE. UU.”

Panamá Aloja Temporalmente a 299 Migrantes Deportados de EE. UU.

En un nuevo capítulo de la cooperación migratoria entre Estados Unidos y Panamá, el país centroamericano ha recibido un total de 299 migrantes deportados desde EE. UU., quienes serán alojados temporalmente en el territorio panameño antes de ser repatriados a sus países de origen.

Detalles de la Operación

La operación, que forma parte de un programa de cooperación solicitado por el gobierno de Estados Unidos, involucra el traslado de migrantes de diversas nacionalidades a Panamá, donde actuará como un punto de tránsito para su posterior repatriación. El primer vuelo, que llegó al aeropuerto de Howard en las afueras de Ciudad de Panamá, transportó a 119 personas procedentes de varios países, incluyendo China, Irán, Afganistán, Vietnam, India, y otros países asiáticos[2][3].

Estos migrantes, que incluyen 82 hombres y 37 mujeres, fueron capturados en la frontera de Estados Unidos y no tienen antecedentes penales, según el vicecanciller panameño, Carlos Ruiz Hernández. La selección de los expulsados es una decisión exclusiva del gobierno de EE. UU.[2].

Alojamiento y Repatriación

Los migrantes han sido alojados temporalmente en hoteles de la capital panameña mientras se preparan las instalaciones en la provincia del Darién para recibirlos. Posteriormente, serán trasladados a un albergue en la provincia selvática del Darién, fronteriza con Colombia, donde hay una pista aérea que será utilizada para los vuelos de repatriación[2][3].

El presidente panameño, José Raúl Mulino, ha asegurado que la permanencia de los migrantes en Panamá será breve, con el objetivo de repatriarlos lo antes posible a través de vuelos financiados por el gobierno de Estados Unidos. La logística y los costos asociados con el transporte y el alojamiento en Panamá serán asumidos por la Organización Internacional de Migración y el gobierno de EE. UU.[3].

Cooperación Regional y Contexto Político

Esta operación se enmarca en un contexto de creciente cooperación migratoria entre Estados Unidos y varios países de la región. Durante la visita del secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, a Panamá, se acordó profundizar la cooperación en la deportación de migrantes. Este acuerdo es parte de una estrategia más amplia del gobierno de Donald Trump para atajar la migración indocumentada, una de las principales problemáticas en su país[2].

Además, otros países de la región, como El Salvador y Guatemala, también han aceptado acuerdos similares para servir como lugares de tránsito para migrantes de terceros países. Estos acuerdos reflejan la intensificación de la presión de Estados Unidos sobre sus vecinos del sur para abordar la migración indocumentada[2].

Impacto y Reacciones

La migración a través del paso del Darién ha disminuido significativamente desde la llegada de Mulino al poder en julio del año pasado, con una reducción de más del 90% en enero comparado con el mismo mes en 2024. Este declive es atribuido a la estrecha cooperación entre Panamá y EE. UU. en materia migratoria[2].

Sin embargo, la cooperación no está exenta de tensiones. Durante la visita de Rubio, se produjeron declaraciones incendiarias de Trump sobre el control del Canal de Panamá y la influencia china en la región. Panamá ha rechazado permitir el paso gratuito de embarcaciones militares estadounidenses por el Canal de Panamá, lo que mantiene las tensiones entre ambos países[2].

En resumen, la operación de deportación y repatriación de migrantes a través de Panamá es un ejemplo de la creciente cooperación regional en materia migratoria, pero también refleja las complejidades y tensiones políticas involucradas en estas iniciativas.

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