Costa Rica y El Salvador: Nuevo modelo de cárcel en construcción
En un esfuerzo por fortalecer la seguridad y eficiencia en su sistema penitenciario, el Gobierno de Costa Rica ha anunciado su colaboración con El Salvador para la construcción de una nueva cárcel de máxima seguridad. Este proyecto, que cuenta con el apoyo técnico y de diseño de las autoridades salvadoreñas, promete ser un paso significativo en la lucha contra el crimen y la delincuencia en el país.
Cooperación Bilateral y Ahorros Significativos
El Ministro de Justicia y Paz de Costa Rica, Gerald Campos, lideró una misión oficial a El Salvador con el objetivo de establecer acuerdos de cooperación en materia penitenciaria. Durante esta visita, se ratificaron acuerdos que permitirán a Costa Rica acceder a los diseños, planos y procesos de construcción de modernos centros penales salvadoreños, como el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) y la cárcel Cero Ocio[1][2][4].
Gracias a esta cooperación, Costa Rica espera ahorrarse aproximadamente $25 millones en la construcción de la nueva cárcel. Inicialmente, el costo estimado del proyecto era de alrededor de $60 millones, pero con el apoyo de El Salvador, este monto se reducirá a unos $35 millones[1][2][4].
Visita a Centros Penales y Reuniones Técnicas
La delegación costarricense, encabezada por el Ministro Campos, visitó varios centros penales en El Salvador, incluyendo el CECOT, conocido por albergar a líderes de pandillas y migrantes acusados de pertenecer a organizaciones criminales transnacionales. Estas visitas permitieron a los funcionarios costarricenses familiarizarse con los modelos de construcción y gestión de estas instalaciones[1][2][4].
Además, se sostuvieron reuniones con el Ministro de Justicia y Seguridad de El Salvador, Gustavo Villatoro, y con los equipos técnicos responsables de la infraestructura penitenciaria. Estas reuniones fueron cruciales para definir los detalles del modelo de la nueva cárcel y para establecer una cooperación recíproca entre ambos ministerios en temas como disciplina, seguridad, inserción social, oportunidades laborales y modelos preventivos[1][2][4].
Preparación para Cambios Legislativos
El Presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, destacó la importancia de preparar el sistema penitenciario para futuros cambios legislativos. Chaves mencionó que, aunque actualmente se pueden construir cárceles modernas, estas permanecerían vacías debido a las leyes actuales, que calificó de “alcahuetería” y que no han sido modificadas desde 1998. El presidente expresó su esperanza de que, con el cambio de legisladores en el futuro, se puedan implementar leyes más rigurosas que permitan el llenado de estas cárceles con delincuentes[1][3][5].
Ampliación de Cupos de Máxima Seguridad
Como parte de las acciones para mejorar la seguridad, el Ministro Campos anunció la ampliación de los cupos de máxima seguridad en las cárceles costarricenses a 1.000 privados de libertad. Este aumento busca un mayor control sobre los reclusos y una reducción de la delincuencia dentro y fuera de los centros penales[1][2][4].
Contexto de Inseguridad en Costa Rica
Costa Rica, un país tradicionalmente conocido por su pacifismo y tranquilidad, ha experimentado un significativo aumento en los homicidios en los últimos años. En 2024, el país registró 880 homicidios, la segunda cifra más alta de su historia, con una tasa de 16,6 homicidios por cada 100.000 habitantes, según datos del Organismo de Investigación Judicial (OIJ)[1][3].
Esta escalada de violencia se atribuye principalmente a la guerra entre bandas narcotraficantes por territorio, lo que ha resultado en un alto número de víctimas inocentes. Solo en 2024, se contabilizaron 54 casos de víctimas inocentes, incluyendo ocho niños menores de 12 años[3].
Polémica alrededor de las Cárceles Salvadoreñas
El modelo de cárcel que Costa Rica planea adoptar se basa en la experiencia de El Salvador, específicamente en el CECOT, una megacárcel construida en menos de un año. Este recinto penitenciario ha sido objeto de críticas por parte de grupos de derechos humanos debido a sus condiciones severas, que incluyen la ausencia de ventanas, abanicos y visitas, así como un trato autoritario a los reclusos[3].
A pesar de estas críticas, las autoridades salvadoreñas atribuyen la disminución en los homicidios durante el gobierno de Nayib Bukele a su Plan Control Territorial y a la suspensión de garantías constitucionales mediante el régimen de excepción, implementado desde marzo de 2022[1].
En resumen, la colaboración entre Costa Rica y El Salvador para la construcción de una nueva cárcel de máxima seguridad es un paso estratégico en la lucha contra la delincuencia y el crimen organizado. Con ahorros significativos y un enfoque en la seguridad y la inserción social, este proyecto busca mejorar la seguridad nacional y preparar el terreno para futuros cambios legislativos que permitan una gestión más efectiva del sistema penitenciario.